Opiniones

En Defensa de un latinoamericano

(A 25 años de la Historia del Taxi)

Ensayo sobre el cancionero latino.

 Desde hace algunos años he observado la avalancha de animadversión, ya convertida en cliché mediático, que profesan algunos “intelectuales de la música”, amigos y compañeros del país, obre el cantautor latino Ricardo Arjona.

En los ambientes sociales, laborales y de entretenimiento en que se discute la calidad del autor de “señora de las cuatro décadas”, es evidente y risible el protagonismo que buscan los detractores de este artista, demostrando preferencias musicales dirigidas especialmente a exponentes como Joaquín Sabina, aparentando ser “cultos” y agudos conocedores de las letras de trova, con rango y galones de conocimiento musical.

Es posible que esos conocedores en términos liricos y musicales se sientan aludidos y ofendidos de ser “Pingüinos en la Cama”, y estén influenciando a verdaderos neófitos del sonido articulado, y éstos, siendo lo más grave, sin un sentido sincero, discutan la calidad indiscutible de la expresión musical romántica y social de un hijo de américa.

Pero en verdad, ¿qué es Arjona?

Es cantautor, compositor, interprete, músico o poeta guatemalteco.

O simplemente es un latino con múltiples talentos, el cual su éxito o más bien su calidad, no es aceptada por muchos de sus propios hermanos continentales en ese inexplicable sentido tercermundista de acabarnos nosotros mismos.

O es que nos resistimos a tener un cantautor latinoamericano contemporáneo de corte social, único que ha descollado sin ser amparado por la esencia cubana comunitoide. O nos resistimos a tener un compositor Made in Latinoamérica, que conjuga verso, prosa, poesía, erotismo, madurez, juventud y humanidad con extrema conectividad societal, aún con sus reconocidas influencias de otros autores.

Y es preciso establecer que, en el arte en cualquier área, son inevitables las influencias. Solo escuchar algunos de los temas de nuestro “Guerrero” del patio. O del Sol de México. O del madrileño siempre soleado, quienes sí han sido condenados por plagio. O tal vez del mismo Joaquín o Joan Manuel.

En defensa a ese coloso e innovador latinoamericano, autor de: “Mi novia se me está poniendo vieja”, le confieso que me he enamorado con sus canciones; y no sólo de mi mujer, sino del honor latino y caribeño expresado en sus composiciones.

A los 25 años de la canción “Historia del Taxi”, le pido hacer sin censura la segunda parte de ese tema; quisiera saber que pasó con la rubia, con su escote y sus minifaldas; quisiera entender cómo se sufre a ambos lados de las clases sociales en el 2019, un cuarto de siglo después.

 “y para qué describir lo que hicimos en la alfombra, basta con resumir que le besé hasta la sombra”.

Elmer González.

El Patriota Sin Miedo.

Wellington Pérez

Egresado como periodista de la Escuela de comunicación de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). Cuatriboliao, Minoso y más Cabraleño que una Cachua o una Viejaca.

Publicaciones relacionadas

89 comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba