La necesidad de un buen branding político
Jhanfri D. Féliz Gómez
Nunca como ahora, la humanidad generaba y, de forma paralela, consumía tantos datos e informaciones. La hiper-conexión y sobrepoblación del ciberespacio (redes sociales, internet y/o medios de comunicación en la internet) es la prueba irrefutable de que ya coexistimos de forma paralela con, y en, un mundo inmaterial. Es por esto que el contexto sociopolítico y socioeconómico actual demanda a los políticos algo más que promesas, discursos o abrazos vacíos; esto es el branding personal. Sobre la marca persona, formulada a partir del sujeto político y en un contexto de necesidades concretas, se construye el edificio de un proyecto: las narrativas, las imágenes publicitarias y las propuestas de valor que le diferencian de los demás.
Las marcas existen para vender valor agregado. Por esto contar historias de impacto y hacer propuestas diferenciales a través de canales de interacción que permitan medir (con datos) los patrones de conversación y reacción de la audiencia con nuestras propuestas, es necesario y fundamental. En ciertos lugares los políticos desperdician sus recursos en vallas, pancartas, afiches y recursos físicos representan un gasto ineficiente, puesto que no arrojan los datos objetivos, que permiten medir los niveles de aceptación del proyecto.
La fórmula es:
-Branding personal
+
-Comercialización de las propuestas de valor a través de canales de difusión capaces de arrojar datos.