La generalidad de las personas, cuando estamos en una relación de pareja que ya no nos interesa, tenemos dificultad para comunicar a la otra parte sobre el deseo de terminar. Entre el momento de sentir el deseo de terminar, y el momento de tomar la decisión de comunicarlo, puede pasar un tiempo que puede ser corto o largo y que, en ningún caso, deja de generar estrés, malestar emocional, ansiedad, miedo.
Estos sentimientos pueden ser provocados por el temor de hacer sufrir a la otra parte, por miedo a su reacción, miedo a decir la verdad si nos hemos enamorado de alguien más. Algunas personas optan por no informarlo, y dejar que la relación se enfríe o se desgaste. A mí juicio, creo que esto es lo peor que puede pasar, pues se causa un sufrimiento a ambas partes, innecesario.
Otras personas deciden ser infieles, en lo que llega el momento del desenlace definitivo de la relación anterior. Pienso que la mejor decisión que se puede tomar es ser honest@s, decir lo que se siente, y dejar la relación, a pesar del sufrimiento que causamos en quien no se espera la noticia. Reconozco que para las mujeres, esto puede representar el riesgo de ser golpeadas o asesinadas. Hay que evaluar los factores de riesgo presentes, de acuerdo a la personalidad, actitudes y comportamientos de la otra parte.
