El puerto de Barahona: una apuesta por el desarrollo turístico y económico del sur
Wellington Pérez
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El puerto de Barahona, ubicado en la provincia del mismo nombre al suroeste de la República Dominicana, es uno de los más antiguos y emblemáticos del país. Su historia se remonta al año 1951, cuando se construyó el actual muelle de concreto para sustituir al viejo muelle de madera que servía para la exportación de azúcar. Desde entonces, el puerto ha sido testigo del auge y la caída de la industria azucarera, así como de la diversificación de las actividades económicas de la región.
Sin embargo, el puerto de Barahona no ha logrado aprovechar todo su potencial como infraestructura estratégica para el desarrollo del sur del país. Su ubicación privilegiada, frente al mar Caribe y cerca de importantes destinos turísticos como Pedernales, Bahía de las Águilas y Lago Enriquillo, lo convierten en un lugar ideal para recibir cruceros, contenedores y carga mineral. Sin embargo, el puerto ha sufrido el deterioro por el paso del tiempo y la falta de inversión y mantenimiento.
Por eso, el gobierno del presidente Luis Abinader ha decidido apostar por la rehabilitación y la transformación del puerto de Barahona en un puerto turístico que impulse el desarrollo económico y social de la provincia y de toda la región sur. El pasado 25 de mayo, el mandatario inauguró los trabajos de rehabilitación del puerto, que consistieron en la ampliación de la zona de amarre de los buques, el dragado del canal de entrada y la zona de maniobra, la instalación de pilotes metálicos y pasarelas de acceso, y la mejora de las condiciones de seguridad y operatividad.
Estas obras permitirán que el puerto pueda recibir barcos de hasta 40,000 toneladas y 650 pies de longitud, lo que aumentará su capacidad para el comercio internacional y el turismo. El presidente Abinader explicó que el puerto se convertirá en uno de los más atractivos y activos del país, al conectar el sur con importantes destinos como Estados Unidos y Centroamérica.
Pero esto no es todo. El pasado 7 de septiembre, el presidente Abinader dio el primer palazo para la construcción de la Terminal de Puerto de Barahona, que en una primera etapa contará con dos muelles adicionales. La obra tendrá un costo de más de 150 millones de pesos, y se espera que esté terminada en seis meses3. Además, el Ministerio de Turismo trabaja en el diseño de la construcción de tiendas, restaurantes y áreas temáticas que complementen la oferta turística del puerto.
El presidente Abinader afirmó que estas obras forman parte de la filosofía de su gobierno, que es “con poco hacer mucho”, y que buscan romper el círculo vicioso del subdesarrollo por el círculo virtuoso del desarrollo. Asimismo, destacó que el puerto se complementará con el que se está construyendo en Pedernales, para crear una ruta de cruceros entre las dos provincias3.
Las consecuencias esperadas de este proyecto son múltiples y positivas. Por un lado, se generará empleo directo e indirecto para los habitantes de Barahona y otras localidades cercanas. Por otro lado, se dinamizará la economía local, al aumentar el flujo de visitantes, el consumo y la inversión. Por último, se fortalecerá la identidad cultural y natural de la provincia, al resaltar sus atractivos turísticos como las playas, los ríos, las montañas y las cuevas.
Las causas que han motivado este proyecto son también diversas y relevantes. Por un lado, se trata de una respuesta a la crisis provocada por la pandemia del COVID-19, que afectó severamente al sector turístico y a otros sectores productivos. Por otro lado, se trata de una apuesta por la descentralización y la equidad territorial, al impulsar el desarrollo del sur del país, una región históricamente marginada y olvidada por las políticas públicas. Por último, se trata de una visión de futuro, al aprovechar las oportunidades que ofrece el comercio mundial y el turismo sostenible. En conclusión, el puerto de Barahona es un proyecto que representa una esperanza y una oportunidad para el desarrollo turístico y económico del sur del país. Su rehabilitación y transformación en un puerto turístico es una iniciativa que beneficia no solo a la provincia de Barahona, sino a toda la República Dominicana. Se trata de una obra que demuestra el compromiso del gobierno del presidente Abinader con el progreso y el bienestar de todos los dominicanos.