Desafíos y oportunidades presenta la inteligencia artificial en el periodismo
¿La inteligencia artificial es una amenaza o herramienta para el trabajo periodístico? ¿Cuáles son los retos y los riesgos de integrar la inteligencia artificial al ejercicio laboral? A partir de estas preguntas se desarrolló el seminario web “Desafíos y oportunidades de la inteligencia artificial (IA) en la labor periodística”, como parte del Foro Pamela Howard, una iniciativa del Centro Internacional para Periodistas (ICFJ).
En esta ocasión se contó con la participación de Álvaro Soto, director del Centro Nacional de Inteligencia Artificial de Chile y doctor en Ciencias de la Computación, quien también es profesor asociado del Departamento de Ciencia de la Computación en la Escuela de Ingeniería de la Universidad Pontificia Católica de Chile.
Si bien la inteligencia artificial ha alertado a periodistas sobre la suplantación de su trabajo, Soto descarta esa posibilidad y llama a ver desde otro enfoque la incursión de esta tecnología: desde la aplicación en el ejercicio laboral, la regulación ética en su práctica hasta la necesidad de abrir nuevos canales de uso que reduzcan la brecha de desigualdad tecnológica.
¿Amenaza o herramienta para periodistas?
Las máquinas jamás suplantarán el cerebro humano y las emociones. Con este discurso, Soto desecha las posibilidades que señalan que la inteligencia artificial cubrirá el empleo de periodistas, debido a que los sistemas tecnológicos se manejan bajo lenguajes computacionales o símbolos, no mediante la razón que permite diferenciar entre el bien y el mal o el peligro.
Solo hay una manera en la que la inteligencia artificial cubra el trabajo de un periodista y es a consecuencia de la ineficiencia del trabajador. Si el periodista no hace bien su trabajo, los dueños de medios verán la IA como una opción. No obstante, las posibilidades de reemplazar el trabajo son menores frente a las de reforzar el ejercicio periodístico.
Es una realidad que la IA vino a renovar el mundo laboral, pero jamás a reemplazarlo, defendió Soto al señalar que desde un enfoque de negocios, la IA puede abrir nuevos espacios laborales en lugar de opacarlos.
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ChatGPT en el trabajo periodístico
El trabajo que implica una investigación periodística puede reducirse con el uso de herramientas como ChatGPT; desde el rastreo de información documental, hasta la captura, transcripciones y generación de texto, sobre el cual, el periodista puede trabajar y editar, darle un estilo, puntualizó Álvaro Soto.
El tiempo que toma transcribir una entrevista o encontrar el minuto exacto dónde la fuente hizo cierta declaración se puede acortar con el uso de IA, lo que resulta en eficiencia en el trabajo.
No solo se trata de su uso para facilitarnos el día a día, sino también de fortalecer el sentido crítico y obtener los conocimientos técnicos necesarios que nos permitan explotar al máximo estas herramientas.
Un tema base, subraya Soto, es la verificación de contenidos: el aprender a detectar copias o suplantaciones en la información y en no caer en violaciones de propiedad intelectual. Para ello es importante conocer cómo funciona el algoritmo en la inteligencia artificial. Más allá de su uso, se trata de aprender a explorar la herramienta y conocer sus alcances al igual que sus limitaciones.
Usar herramientas como ChatGPT permite personalizar la tecnología, pues en su manejo se guarda un historial de conversación que empieza a involucrar el desarrollo de competencias en la programación y con ello el procesamiento de información.
¿Necesaria una regulación ética de la IA?
La capacidad que se le brinda a las herramientas de inteligencia artificial recae en el ser humano, mientras más fuentes de información se provean, mayores riesgos de sesgo podrían estar presentes, por ello la preocupación sobre una posible regulación ética debería concentrarse en democratizar su uso.
Al ser cuestionado, Soto comentó que la discusión debe dirigirse hacia evitar que el uso de la IA se centré solo en grandes empresas, sino también que se brinden oportunidades y beneficios a la población. “Se trata de alinear de alguna manera el funcionamiento de la tecnología los valores y principios que queremos como sociedad”.
La regulación es importante, pero la ética lo es aún más y parte desde respetar los derechos de autor en la creación de textos e imágenes o demás productos creativos que puedan ser usados en el periodismo.
¿Cómo lograr que la IA sea de acceso para todos?
La democratización de la tecnología es uno de los mayores desafíos para la industria, pues como en todo, las personas en el poder logran acceder y concentrar en unos pocos su uso. Desde el Centro Nacional de Inteligencia Artificial de Chile de donde Soto es director, han abierto el desarrollo de sus aplicaciones como una forma de diversificar su acceso. De igual manera buscan crear tecnologías para espacios donde nunca se han usado, a fin de impactar en espacios donde la incursión es mínima.
En este sentido, Soto destaca la importancia del periodismo para abrir oportunidades en el acceso a la tecnología, al contar historias y generar reportajes que muestren la brecha existente en el uso de las TIC, ya que esto permitirá incidir en las políticas públicas para reducir esa desigualdad.
Una de las áreas con mayor oportunidad es la educación. Ahora el conocimiento que era de difícil acceso se transformó en algo fácil: acelera tiempos y facilita la búsqueda. “Esta es una de las principales transformaciones de esta tecnología”, resaltó Soto.
Aunque hay voces que advierten que la inteligencia artificial en la educación afectaría la capacidad de razonamiento de los estudiantes, para Soto el impacto sería positivo debido a que los seres humanos usamos el lenguaje para comunicarnos, por lo que la IA nos brindará más habilidades cognitivas lo que incentivará la reflexión y el análisis de las personas.