Eliezer Olivero
La economía de un país es sustentada por el cobro eficiente de los ingresos fiscales por parte de los ciudadanos.
La presión tributaria es el ingreso que recauda el Estado a través de los impuestos cobrados a personas físicas y jurídicas (empresas) desde la Dirección General de Impuestos Internos (DGII) y la Dirección General de Aduanas (DGA).
El estado a través de Aduanas recibe los ingresos generados por el comercio internacional (Importaciones y Exportaciones), mientras que a través de la DGII recibe los ingresos por las compras y ventas en el comercio local.
Estos ingresos son utilizados por el gobierno para cubrir las necesidades económicas y sociales de la población, así como cumplir con los proyectos, planes y programas presupuestados en el presupuesto general de la nación.
En una economía caracterizada por la evasión, donde el 60 por ciento de las personas físicas y jurídicas (empresas) evaden el Impuesto sobre la Renta y el 45 por ciento el ITEBIS no es posible que avancemos.
Debemos destacar que el ITEBIS (Impuesto a las transferencias de Bienes Industrializados y Servicios) es un tipo de impuesto pagado diariamente por los ciudadanos en sus compras realizadas en las entidades comerciales, pero dichos comerciantes, por medio de sus continuas prácticas de evasivas fiscales, no permiten que llegue a su destino.
Si los comerciantes no están dispuestos a entregar al fisco el ITEBIS pagado pues no deben incluirlo en la facturación de las compras que realizan los ciudadanos.
Con este alto nivel de evasión fiscal (60% IMP/S Renta y 45% ITBIS) es imposible que el estado pueda cumplir con sus metas y objetivos propuestos para mejorar nuestra economía.
Por tanto es urgente que las autoridades fiscales asuman el cobro de manera eficiente de los impuestos sin aumentar la presión fiscal y aplicar un régimen de sanción contra todos los evasores fiscales.
