La Redacción
Santo Domingo.-El Arquitecto Elmer González, lamentó la tragedia acontecida en una industria del plástico en el casco urbano del Distrito Nacional y establece que es tiempo de una real valoración de situaciones de riesgo ambiental urbano relacionados con incendios, explosiones y emanaciones tóxicas, debidas al creciente manejo de combustibles y substancias químicas en las diversas zonas industriales del Gran Santo Domingo.
El experto en urbanismo de ciudades latinoamericanas indicó: “el crecimiento desordenado de la ciudad ha contribuido de manera directa en la agudización del riesgo y la vulnerabilidad de la población en casos de accidentes relacionados con combustibles y substancias tóxicas peligrosas, debido a los conflictos derivados de las incompatibilidades en el uso del suelo urbano, ante la ausencia de un eficaz ordenamiento territorial en la ciudad y del país”.
“Solo se debe pensar, en los traumas que representó para la cuidad y los riesgos a los habitantes de esa zona, la hora del día en que se estaba abasteciendo de combustible esa empresa en pleno horario escolar y en el funcionamiento de una caldera.
Además, indicó: “no se justifica que el Estado haya instalado varios centros educativos en un radio menos a los 250 metros de una zona industrial que opera por más de 40 años sin la debida previsión”
«Lo más triste del accidente de Villa Agrícola, es que era un incidente innecesario. No tenía que haber ocurrido con la debida la regla de manejo empresarial de evitar riesgos innecesarios y metodologías de seguridad. La vida Humana no tiene precio. Una sola pérdida es igual al 100%».
El Urbanista del Grupo Estratégico AE y Dir. de la Unidad Ejecutora de la MGSD, sugiere la necesaria implementación de un Big Data y el monitoreo a través de sistemas de información geográfica (SIG) para el Gran Santo Domingo. Estableció: “con el uso de esta herramienta se pueden identificar con claridad diversas áreas de riesgo en la ciudad y en esas zonas industriales y se proponen, además, algunas alternativas para la toma de decisiones de los gestores de la ciudad”. Lo importante es constituir un modelo sistemático de datos abiertos para tratar los riesgos, detectarlos y corregirlos, sobre todo que sea del conocimiento de la población.
Enfatizó “las últimas cuatro décadas el territorio del Gran Santo Domingo ha sido escenario de un complejo proceso demográfico y económico en el coexisten industrias en el mismo casco urbano. Es fundamental que existan organismos más allá de los cuerpos de bomberos que realmente puedan auditar los riesgos y vulnerabilidad de las industrias y certificarlas. En cualquier esquina se encuentra un tanque de combustible sin el debido manejo”.
Indicó: “El GSD debe replantearse. Aún no se ha implementado un organismo de auditorías y seguridad empresarial y ambiental que deben estar de la mano con el ordenamiento territorial. Es fácil evidenciar industrias con áreas en alto riesgo en el manejo de combustibles y los peligros derivados del debilitamiento sistémico en la supervisión de diferentes patologías urbanas”
