¿Beneficio para el paciente o capricho del pediatra?
Dr. Michel Feliz
Pediatra
Vemos con mucha frecuencia tanto en niños (as) como en los mismos adultos, retrasar la evaluación por un doctor o doctora, hasta tanto no tengamos una situación de salud importante o desfavorable ya presente. A pesar de las recomendaciones, cuando tenemos mucho sin ver un paciente y preguntamos la razón de su ausencia a sus chequeos de rutina, escuchamos casi siempre la misma respuesta: “Pero si no está enfermo (a), ¿Para qué lo voy a traer al pediatra?”. Es entonces donde entra nuestro papel como profesionales de la salud en encargarnos de que nuestros pacientes entiendan algo tan importante como es la medicina preventiva.
La consulta de niño sano, está enmarcada en un programa de prevención, constituido por controles periódicos de salud que tienen como finalidad evaluar y dar seguimiento al proceso del crecimiento y desarrollo de los niños, niñas y adolescentes. Este permite identificar e intervenir de manera precoz cualquier alteración que se presente durante este tiempo en el que se presentan una serie de cambios y que el que el pediatra pueda acompañar y/o asesorar a los padres en sus inquietudes durante la crianza.
Pero, si cuando usted lo lleva enfermo, le van a “chequear” todo, no está de más que usted se pregunte: ¿Qué ganaría con llevarlo a sus controles? ¿Qué cosa diferente se hace allí?
- Control y orientación: Será edificado sobre la programación de las vacunas, identificación de enfermedades según la edad y características propias de cada paciente, tomando en cuenta sus antecedentes familiares, así como su entorno y necesidades personalizadas.
- Seguimiento del crecimiento y desarrollo. Puede saber y discutir cuánto ha crecido el niño desde la última visita, además conversar con el médico sobre el desarrollo de este, es decir, los logros/progresos de su niño, al mismo tiempo que identificar algún retraso o particularidad en la adquisición de funciones, su relación con el entorno y su aprendizaje.
- Plantear inquietudes. Le permite tener la apertura de discutir aspectos integrales de la salud de su niño como la nutrición, su comportamiento, sueño, en resumen podrá llevar un listado de la más mínima inquietud que le perturbe.
- Enfoque en equipo. Las visitas regulares crean relaciones estrechas y de confianza entre el pediatra, el padre y el niño. Se recomiendan las visitas de control del niño sano como una forma para que los pediatras y los padres atiendan las necesidades de los niños. Este enfoque de equipo ayuda al desarrollo óptimo de la salud física, mental y social del mismo.
Y entendido lo anterior, usted puede pensar que para lograr todo eso tendrá que estar metido en la consulta todos los días, pero permítame aclararle que no es así. La Asociación Americana de Pediatría y sus aliados en los últimos consensos y textos sobre el tema, especifican la edad de cada visita, pero aclaran que las mismas pueden variar en torno a las necesidades de cada paciente, y la particularidad de cada nación. En sentido general, y en lo personal, podríamos recomendar el siguiente esquema:
- Evaluar al recién nacido al alta
- Primera visita en los primeros 7-10 días
- Al mes de nacido
- Mensual hasta los 12 meses
- Trimestral hasta los 24 meses
- Cada 4 meses hasta los 3 años
- A partir delos 3 años semestral o anual según las consideraciones del pediatra o alguna eventualidad.
En determinadas cuentas, es importante comprender que la intervención para lograr niños, niñas y adolescentes sanos, al fomentar su bienestar físico y emocional, va a resultar en una mejora sustancial de las condiciones del adulto. Podemos decidir si gastar dinero sanando enfermedades o resolviendo problemas, o reducir los costos sanitarios invirtiendo en prevención, pues como dicen por ahí: “El pasmo con tiempo tiene cura”.
Entonces, ¿Beneficio o capricho? Decídalo usted mismo (a).
Su pediatra los espera con amor en la consulta, hasta una próxima entrega,
Bendiciones…
