El año pasado tampoco se celebró el más famoso e importante festival de café de la República Dominicana.
La última edición del Festival de Café Orgánico se celebró en Polo en 2018. Luego de casi diez años continuos en los que la gente de varias partes del país se reunían para celebrar el inicio de la cosecha.
Hay muchas razones que contribuyeron a la pérdida de esta bella tradición. Los productores dicen que el festival se convirtió en un evento folklórico, alejado del café.
Los organizadores dicen que tanto el Ministerio de Cultura, Agricultura y otras autoridades vinculadas, al igual que las empresas a las que solicitaron patrocinio, se negaron a colaborar.
Detrás de todo eso, celebrar la cosecha del café cada año después de enfrentar el impacto de la Roya y las bajas productivas se volvió menos colindante con la realidad.
El café es uno de los productos nacionales con más relevancia histórica. Con café se pagó la independencia de la isla, y en un momento de la historia, nuestro país logró ser el segundo mayor productor del continente. La historia dice que los franceses amaron el café de aquí porque era similar de frondoso que el originario de Etiopía.
Nuestro café llegó a cotizar en la bolsa de valores de New York con su propio índice. El café de Barahona era reconocido como marca país internacional.
Todo este legado no se debe perder. Y hay que celebrarlo.
